Una de las características de las artes visuales, incluso de aquellas claramente inscritas entre las artes del espacio, es su dimensión temporal. Pintura, escultura y dibujo encierran en su aparente estatismo profundas implicaciones relacionadas con el tiempo, algo mucho más evidente en los casos de la fotografía y del video. Esa integración espacio temporal funciona como un preciso correlato del binomio arte y vida. Durante siglos, la vía de la representación, basada en la imitación de la naturaleza, fue seguida por los artistas. En el siglo XX se dinamitó ese camino abriéndose múltiples ámbitos de interacción que se iniciaron con las corrientes abstractas y prosiguieron con los conceptualismos. En este proyecto expositivo era prácticamente obligado aludir al tiempo pasado. «Cronografías» remite fonéticamente a sus antecesoras: «Poéticas» (2007) y «Travesías» (2011), haciendo especial hincapié no sólo en los años transcurridos desde la conclusión del programa de becas promovido por la entonces Caja de Ahorros del Mediterráneo, sino también en esa fértil y feliz simbiosis espacio temporal que se manifiesta con singular potencia y diversas soluciones a lo largo y ancho de esta exposición.
Casi un centenar de piezas de 25 artistas ofrecen una perspectiva amplia, pero también bastante aproximada de la libertad creativa y de la profundidad discursiva con las que se desenvuelven en esa ardua y apasionante tarea de suturar tiempo vivido y espacio artístico. La fotografía, el video, la escultura y la instalación representan unas tres cuartas partes del conjunto. Este hecho incide directamente en la pertinencia de esa fusión interdisciplinar cada vez más extendida entre los artistas contemporáneos. Sus obras pueden verse como elementos aislados, pero no pueden concebirse sino como partes de una totalidad en la que el espectador termina por verse envuelto y pasa a ser co-protagonista.
Aquellos jóvenes que tuvieron la oportunidad de dedicarse a la producción artística, de conocer ciudades, países y territorios más o menos lejanos de su residencia habitual vivieron una experiencia sin duda significativa. Esa experiencia vital se hizo visible y palpable en las obras realizadas durante el período de disfrute de la beca… También marcó un punto de inflexión en su quehacer artístico.
Hay que destacar la generosidad y el compromiso mostrado por todos y cada uno de los artistas. Su decidida voluntad ha hecho posible que la Fundación Mediterráneo concluya con éxito un capítulo truncado abruptamente y largamente inacabado. Las obras aquí expuestas suponen una importante ampliación de la Colección Fundación Mediterráneo. Quienes fueron promesas emergentes hoy son artistas de media carrera que cuentan con una sólida trayectoria a sus espaldas. Bastantes han fijado su residencia fuera de España, algunos residen en la ciudad que fue el destino elegido tiempo atrás. En todos los casos, la beca CAM figura en sus respectivas biografías.
Juan Bautista Peiró
Comisario