ATROCIDADES LEGALES, una instalación de Moisés Gil

ATROCIDADES LEGALES, una instalación de Moisés Gil

La escultura de Moisès Gil se basa en el compromiso y la solidaridad, observa a su alrededor, vive las crisis y el devenir del ser humano y, con su trabajo, quiere manifestar su activismo y adhesión, así como asumir la responsabilidad como artista para expresar las vicisitudes y contrariedades que conlleva la difícil situación que padecemos actualmente y así, con estas propuestas artísticas, hacer reflexionar al espectador para llegar a una reflexión positivista.

Con“ATROCITATS LEGALS”, el artista nos quiere mostrar aquello que más le suscita cariño, pureza y fragilidad:

“ … son lo más querido por todos, son nuestro futuro, el futuro de las sociedades contemporáneas, debemos cuidarlos, mimarlos y formarlos. Es el bien más preciado que poseemos y un valor a fomentar, se merecen todas nuestras atenciones, consideraciones y, sobre todo, todo nuestro cariño. ”

A fecha de hoy existen 56 guerras activas a nivel mundial con 92 países involucrados más allá de sus fronteras*. En cualquier contexto bélico, los niños y niñas son las primeras víctimas de la guerra: 460 millones de niños viven en países afectados por conflictos violentos, en el mejor de los casos ,muchos son desplazados forzosos, a veces huérfanos o niños no acompañados. Además, los niños y niñas son especialmente vulnerables al abuso, la explotación y la trata. Entre 2005 y 2022 se verificaron más de 120.000 casos de niños y niñas muertos o mutilados en conflictos armados y más de 105.000 casos de niños soldado reclutados.

Moisés Gil, con la obra que nos presenta, se rebela e incita a la rebelión por la impotencia que provoca ver disolverse el futuro de los niños y las niñas en los territorios en guerra.

El mensaje de la obra apunta directamente a la sensibilidad del espectador. La experiencia sensitiva desencadena, seguro, reflexiones y actitudes. No hay espacio para la indiferencia.

La escenografía habla por sí sola: Un espacio oscuro, como metáfora del futuro, acoge una representación figurativa de un niño sobredimensionado, de 2,5 m. de altura, cual caballo de Troya, aglutina a todos esos niños de esperanza perdida. Mira con desasosiego la línea de velas que representan las almas de los compañeros cuya vida o futuro ha sido truncado. Se introducen aquí los objetos con un profundo sentido de literalidad referencial a la muerte. Entra el trabajo manual del escultor con la creación de esa escultura de textura ruda como el sufrimiento. La pieza se rodea de tres proyecciones simultáneas: La acción de la guerra retransmitida obscenamente, casi en tiempo real, por los medios de comunicación: los bombardeos y los combates cuerpo a cuerpo por calles que podrían ser de cualquier ciudad, incluso la nuestra. Otra pantalla muestra imágenes de niños en contexto de guerra frente a otra que muestra la vida amable y casi onírica de los niños y niñas en un contexto de sociedad occidental en paz.

Con esta experiencia artística se pretende sensibilizar, aún más si cabe, al espectador y transmitir un mensaje de disconformidad y rebeldía. No podemos quedarnos impasibles frente a las injusticias. Los inocentes no son el objetivo. Paremos las guerras.

*Fuente: Estudio sobre la paz global del Institute for Economics and Peace.

 

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